Descubrir la fotografía supone un antes y un después a la hora de acercarme al mundo que observo. Tomo conciencia de la posibilidad de otra forma de comunicación conmigo misma y con el exterior. Percibir emociones, imaginar interacciones y todo lo que se esconde tras lo que no se ve, supone un mundo mágico comparable a lo que me produce la música, la danza y la poesía.
Aprendiza incesante, me identifico con la frase socrática “solo sé que no sé nada” para seguir buscando y encontrando.